Frailecillo Atlántico

Un Ave Pelágica

Por: Alejandra Maldonado

Frailecillo Atlántico - Un Ave Pelágica

Estas aves pertenecientes al género Fratercula habitan en las frías aguas del hemisferio norte. Hay dos especies en el Pacífico y una en el Atlántico: Fratercula arctica. Pasan la mayor parte de su vida en el mar, solo van a tierra una vez al año para anidar, generalmente a inicios de la primavera. Al final del verano, se aventuran nuevamente en el océano. Es en este intervalo cuando es más fácil avistarlos. Anidan en pequeños agujeros en los acantilados y ambos padres se turnan para cuidar el huevo. Son aves monógamas y permanecen con la misma pareja toda la vida. 

Excelentes Nadadores, Buzozos y Veloces en Vuelo

Una vez nace el polluelo, ambos progenitores se alternan para llevarle alimento, y es allí donde comienza el espectáculo durante el avistamiento, pues se pueden ver volando a gran velocidad sobre el mar (hasta 90 km/h) y sumergiéndose para cazar pequeños peces o langostinos. Son capaces de bucear hasta 60 metros para alimentarse, lo que los convierte en criaturas asombrosas: excelentes nadadores, buceadores y veloces en el aire. Además, soportan fuertes vientos y bajas temperaturas, ya que habitan las tierras septentrionales.

Islandia alberga una de las mayores colonias de esta especie. La foto de la portada fue tomada a finales del verano en una isla al sur del país, justo antes de que comenzaran su travesía de regreso al océano. Una vez se lanzan al mar, buscan alimento durante todo el otoño e invierno, viajando en solitario hasta reencontrarse con su pareja en la siguiente primavera. Toda una conmovedora historia de amor.

Estas aves desempeñan un papel crucial en el ecosistema marino, ya que regulan las poblaciones de peces pequeños y sirven de alimento para depredadores más grandes. Sin embargo, su población ha disminuido en algunas regiones debido al cambio climático y la sobrepesca, lo que afecta la disponibilidad de su alimento principal.

Fotografía de Alejandra Maldonado Durante su viaje por Islandia.

Consejos para fotografiarlos

Con su mirada curiosa y su vuelo veloz, los frailecillos atlánticos son uno de los sujetos más fascinantes para los fotógrafos de naturaleza. Pero capturarlos en su hábitat natural requiere planificación, paciencia y el equipo adecuado. Te dejo tres consejos clave para lograr imágenes inolvidables de esta especie tan carismática:

  • Viajar en la temporada adecuada. Si el viaje es muy temprano en la primavera o al final del verano, existe el riesgo de no alcanzarlos a ver. Lo ideal es ir entre mayo y agosto. Se pueden avistar en varios países como Islas Feroe, Irlanda del Norte, Islandia o Groenlandia (Fratercula arctica), y cada uno de estos lugares tiene sitios específicos donde es común encontrarlos. En Islandia, por ejemplo, se pueden ver en Látrabjarg o en las islas Vestmannaeyjar (que fue donde los vimos); en Groenlandia, hay una isla cercana a Nuuk; en Irlanda del Norte, están en la isla de Rathlin, y en Islas Feroe, un punto destacado es Mykines, donde es posible observar muchas aves en época de reproducción.

 

  • Tenga paciencia y esté preparado. Es importante analizar la dirección de la luz al amanecer, ya que es el momento en que están más activos. Además, abrigarse bien es clave. Como suelen ubicarse en acantilados, los lugares pueden tener ráfagas de viento, por lo que para poder ser paciente y permanecer durante horas fotografiándolos, es fundamental estar bien protegido del clima.

 

  • Usar el equipo adecuado. Dependiendo del tipo de fotografía que quieras tomar, deberás elegir el equipo y los ajustes correctos. Dado que estas aves suelen estar a gran distancia y para no alterar su comportamiento, es necesario usar un teleobjetivo. Si quieres capturar fotos en vuelo, configura la cámara con velocidades por encima de 1/1600. Como son extremadamente rápidos, un sistema de autoenfoque con seguimiento (tracking ) será de gran ayuda.

Fotografías de Federico Espinosa durante su viaje a Islandia.

Anécdota en Islandia

Durante mi viaje a Islandia, después de tomar varios retratos de frailecillos con los que quedé satisfecha, decidí intentar capturarlos en vuelo. No entendía qué estaba pasando. Cada disparo era un fracaso y la frustración crecía. Me aseguré de que la velocidad y el ISO estuvieran correctos, pero nada funcionaba. Solo después de revisar con calma al día siguiente, me di cuenta de que el problema era que estaba deshabilitado el focus tracking. ¡Aprendí la lección a las malas, pero valió la pena!

Alejandra Maldonado esperando el momento perfecto para fotografiar un Frailecillo.

Mi mejor consejo

Fotografiar frailecillos no es solo una experiencia técnica, sino también una oportunidad para conectar con la naturaleza en su estado más puro. Cada vuelo, cada zambullida y cada mirada en su pequeño rostro nos recuerda lo valiosa que es la vida salvaje y por qué debemos protegerla.

Nota: ¿Sabías que los frailecillos pueden transportar hasta 20 peces en su pico a la vez gracias a su lengua espinosa que les ayuda a sujetarlos sin perder ninguno?